Ciclista, nunca subestimes una tormenta de verano. Es habitual por muchas zona de la península que en la tardes de verano se formen tormentas. Es un fenómeno atmosférico que se desarrolla muy rápidamente y es capaz de ser en ocasiones bastante destructivo. A pesar de haber revisado la meteorología anteriormente a la salida a la montaña es posible que te sorprenda, las tormentas no avisan.
Desciende de la cima
Las cimas de las montañas son lugares muy peligrosos en casos de tormenta, son zonas que generalmente están despejadas y les afecta mucho la lluvia y el viento y no hay lugares para refugiarse. También es uno de los puntos donde la caída de rallos es más probable.
Sal de los barrancos o torrentes
Si la tormenta es muy fuerte es posible que toda el agua vaya cayendo por las laderas de las montañas y finalmente llegue al fondo de los barrancos. Evita ir por su cauce y no te resguardes en las cotas más bajas, intenta ascender la ladera y buscar un lugar seguro cuanto antes.
Ponte a cubierto
La mejor manera de estar protegido y seguro es ponerse bajo cubierto. Pero ¡ojo! Hay lugares que no son idóneos para pasar la tormenta. Evita los arboles solitarios, las torres eléctricas y formaciones rocosas que terminen en punta.
Aléjate de la bicicleta
Despréndete de todos los elementos metálicos que poseas, pueden ser una atracción para los rayos. Ponte a cubierto y busca un lugar que sea seguro para la bici con una distancia de seguridad sobre tí de unos 30 metros.
Desconecta todos los aparatos electrónicos
Los aparatos electrónicos pueden ser convertirse en un punto de atracción para los rayos. Simplemente apágalos, guárdalos en la mochila y espera a que pase la tormenta. Nunca hagas uso de ellos mientras estés inmerso en ella.